miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mulas y soldaditos


133-Narcos-BunkerLa mayoría de los acusados por tráfico de estupefacientes son mujeres y pibes jóvenes de barrios marginales. El caso de los chicos de un búnker de Rosario que resultaron ser víctimas de explotación laboral
Por Sebastián Ortega
Artículo disponible en http://www.lapulseada.com.ar/site/?p=10085 

Ingrid aceptó el trabajo: 4 mil dólares por viajar desde La Paz -Bolivia- hasta Buenos Aires, y luego embarcarse en un avión hacia Europa con una cápsula de cocaína en la vagina y otras 83 adheridas con una faja en el estómago. Pensaba usar ese dinero para pagar la cirugía auditiva de su hija. La detuvieron en Ezeiza y la condenaron a cuatro años y siete meses de prisión.
La historia de Ingrid forma parte del libro “Encarcelamientos por delitos relacionados con estupefacientes en Argentina” que escribió el abogado Alejandro Corda, de la Asociación Civil Intercambios, quien durante años entrevistó a migrantes pobres detenidas en el país. Según el estudio, aproximadamente el 70% de las mujeres que están en prisión cayeron por delitos relacionados con drogas. El 90% de ellas son extranjeras, en su mayoría de países latinoamericanos. Este número creció con los años. En 1995, las mujeres condenadas por infracción a la ley 23.737 componían el 45,7 por ciento de la población carcelaria; en 2006, de acuerdo con un informe de la Defensoría General de la Nación, en dos unidades distintas alcanzaban el 65 y el 72 por ciento (ver más en “La ley de drogas criminaliza a las mujeres“)

viernes, 25 de septiembre de 2015

Prácticas de trabajo en drogas

http://issuu.com/federiconantes/docs/goltzman-y-amor__n-pr__cticas-de-tr/1

“Hacer que otra política de drogas sea posible es demostrar que efectivamente es posible. Que hay modos de intervenir en el problema que no están regidos únicamente por la lógica de la cura o el control, que implican construcciones colectivas, que consideran contextos particulares y, sobre todo, que son transferibles”



miércoles, 23 de septiembre de 2015

“Efecto natural del manicomio”

Por Mario Woronowski *
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-281815-2015-09-17.html

“La Ley de Salud Mental, ¿es inaplicable?” Esta pregunta está presente en muchas discusiones acerca de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657. Suele escucharse que, si bien el espíritu de la Ley es en sí loable, la misma adolece desde su misma concepción de fallas que la tornan inviable. Al decir de quienes esto afirman, inaplicable. Esta afirmación suele provenir de dos posiciones que, aunque muchas veces se encuentren defendiendo las mismas consignas, surgen de fuentes y de actores diferentes. No apreciar esa diferencia sería un error de graves consecuencias políticas.

Por un lado, encontramos a los habituales voceros de los privilegios corporativos. Es interesante seguir su derrotero. Mientras la ley fue proyecto, centraron sus ataques en las apocalípticas consecuencias que tendría su aprobación. Al mismo tiempo, se abstenían de participar en los numerosos foros de discusión que se realizaron entonces, mientras anunciaban que esos males serían el resultado de no haber sido consultados. Esos argumentos se desplegaron con máxima intensidad ante la Cámara de Senadores de la Nación, sin impedir que la ley fuese sancionada con acuerdo de todos los bloques.

El paso siguiente fue el intento de incidir en la reglamentación, que tampoco tuvo éxito. Desde entonces, la estrategia elegida fue declarar el acuerdo con los principios generales de la ley, y lo inviable de su implementación efectiva. ¿La razón? Se trataría de una ley de derechos humanos, que nada entiende de las complejidades de las que sólo la ciencia (entiéndase por tal la psiquiatría tal cual la conciben esas posturas corporativas) puede hacerse cargo. El interés del argumento elegido reside en sus efectos, ya que al establecer una contradicción entre el enfoque de derechos y los saberes e incumbencias propios de la atención del padecimiento mental, genera alrededor de las tareas asistenciales un halo de extraterritorialidad donde quedarían en suspenso los derechos y garantías de las personas.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Políticas de drogas: prevención, participación y reducción del daño

Por Oriol Romaní

Salud colectiva v.4 n.3 Lanús sept./dic. 2008

 


Políticas de drogas: prevención, participación y reducción del daño (a)
Drug Policies: prevention, participation and harm reduction
Oriol Romaní1
1 Licenciado en Geografía e Historia (Antropología Cultural), Universidad de Barcelona. Doctor en Antropología Cultural, Universidad de Barcelona. Coordinador MasterAntropología Médica y Salud Internacional, Universidad "Rovira i Virgili", Tarragona.Presidente de Grup Igia, Barcelona, España. oriol.romani@urv.cat
RESUMEN
Este texto, después de una introducción al campo de las drogas, se inicia con el abordaje del concepto de prevención general, desde la perspectiva teórica de la antropología médica, para después abordar, de forma más específica, la prevención en dicho campo. Tanto en un nivel como en el otro, la participación de los propios interesados se revela como un elemento clave para su posible eficacia. Para ejemplificar la discusión se analizarán las aportaciones preventivas de los programas de reducción del daño en distintos ámbitos geográficos y temáticos como son, en este último caso, el de los consumos endovenosos de adultos socialmente "marginales" y el de los consumos de jóvenes "integrados" en contextos de ocio nocturno. En la última parte se plantea la necesidad de incorporar técnicamente la participación en las políticas y programas preventivos en el campo de las drogas, así como de ir creando un marco general más coherente con la potenciación de dicha participación que el predominante en la actualidad; para finalizar con unas reflexiones acerca del alcance teórico-político del concepto de reducción del daño.
PALABRAS CLAVE: Drogas Ilícitas; Políticas Públicas de Salud; Reducción del Daño; Antropología; Abuso de Sustancias por Vía Intravenosa.
ABSTRACT
After and introduction to the topic of drugs, this paper deals first with the concept of general prevention from the theoretical perspective of Medical Anthropology and then specifically with prevention in such field. At both levels, a key element is the participation of the ones involved. Preventive contributions to the programs of harm reduction will be analyzed in different environments such as the one of the intravenous consumption of "outcasts" and the consumption of the youngsters "integrated" to nocturnal-sloth-contexts. At the end, the article states the necessity to incorporate technically, the participation in the preventive programs and policies of drugs and to create a more coherent general framework than the existing one, finishing with some reflections about the concept of harm reduction.
KEY WORDS: Street Drugs; Health Public Policy; Harm Reduction; Anthropology; Substance Abuse, Intravenous.

DROGAS Y AUTOATENCIÓN
Antes de hablar de la prevención de aquellos aspectos conflictivos, desde el punto de vista social y sanitario, relacionados con los usos de drogas, deberemos precisar brevemente qué entendemos por esta cuestión, es decir, por uso de drogas: se trata del fenómeno de la incorporación al organismo humano de unas sustancias químicas, con unas características farmacológicas que actúan sobre todo a nivel psicotrópico, pero cuyas consecuencias, funciones, efectos y significados son el producto de las definiciones sociales, culturales, económicas y políticas que las diferentes formaciones sociales (grupos, colectivos e individuos) elaboran, negocian y/o disputan en el marco histórico en el que se sitúan sus prácticas. Como ya planteara hace unos años Zinberg (1), para entender la variabilidad de efectos de las drogas no podemos disociar la sustancia consumida del sujeto consumidor ni del contexto donde se da el acto de consumo. Esto es así porque una cosa es el laboratorio y otra distinta son las condiciones, materiales y simbólicas, en las que los sujetos, en su vida cotidiana, consumen el producto-droga. Son variadas las personas que las consumen (por su estructura físico-psíquica), los grupos en los que viven, que dan un sentido u otro (pautado culturalmente) al hecho de consumirla y, por lo tanto, a la utilidad social que se atribuye a la droga, en fin, las expectativas culturales con que se consumen, las condiciones sociales en que se hace, las formas de obtener el producto, las dosificaciones que cada cual consume, las técnicas de uso y la calidad del producto obtenido, además de las circunstancias concretas en las que se hace y otros aspectos menos relevantes. Todo esto modifica sustancialmente los propios efectos de las drogas, tanto subjetivos como objetivos, en lo inmediato y en el mediano o largo plazo (2 p.51-60) (b). Los usos de drogas, como fenómeno universal que son, se hallan imbricados muchas veces en la autoatención, un aspecto central dentro de los procesos de salud/ enfermedad/atención.
La autoatención en salud se refiere al hecho de que en todo grupo social se dan con cierta frecuencia y continuidad episodios de daños, padecimientos o enfermedades, y ante esto surge la necesidad del individuo y su entorno inmediato de establecer acciones para resolver estos problemas. En sociedades que no tienen o no tuvieron especialistas ni instituciones específicas, éste era el único medio de atención. En cambio en las sociedades contemporáneas, progresivamente más complejas y globalizadas, la autoatención deviene el nivel primario de atención entre los microgrupos, previa a la atención primaria institucional (c).

miércoles, 15 de julio de 2015

Resumen de la 13º Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas



https://conferenciadrogas2015.files.wordpress.com/2015/07/20150703_conf_politicas_de_drogas_09.jpg



“Acompañe. No castigue”
La frase refiere a los usuarios de drogas y es la adaptación de la campaña global #supportdontpunish que Intercambios realizó para las acciones locales. Resume, en esencia, las conclusiones de los debates que tuvieron lugar en los diferentes paneles de esta nueva edición de la Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas


Más de cuatrocientos asistentes de variados puntos del país, llegaron al Senado de la Nación en la Ciudad de Buenos Aires para presenciar exposiciones y debatir con funcionarios públicos, académicos y especialistas; junto a organizaciones de la sociedad civil y activistas. Organizada por la Asociación Civil Intercambios por décimo tercer año consecutivo, y en el marco de los festejos por los 20 años de vida de la institución, la Conferencia continúa siendo un necesario espacio de discusión.


“Desfederalizar las competencias en drogas es un asunto espinoso”

En la ceremonia de apertura, la Ministra de Seguridad de la Nación María Cecilia Rodriguez reconoció la complejidad de la cuestionada Ley de Desfederalización. La ministra dijo que “desfederalizar las competencias en drogas es un asunto espinoso por la complejidad del delito, de carácter transfronterizo y con delitos asociados como la trata”.  Explicó además que “encontrar un camino para desarmar las redes de tráfico implica un esfuerzo multiagencial” y dejó en claro que “perseguir el menudeo tiene escasos resultados a la hora de desbandar a las redes de narcotráfico”Por último destacó una “mayor presencia y articulación con el sistema judicial, y todo tipo de tecnologías para el reconocimiento de sustancias ilegales”.

En tanto, Gabriel Lerner, flamante Secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) resaltó que “las políticas sociales deben evitar la criminalización de usuarios de sustancias” aclarando que “hubo rediseño de cuestiones hacia adentro del Estado, pero hay que reformar la ley”.
También analizó el marco internacional de cara a la Sesión Especial de la Asamblea de Naciones Unidas sobre drogas UNGASS 2016. Al respecto, se refirió a la experiencia uruguaya: “Uruguay ha tomado un camino propio, creativo, y tiene que pararse frente al mundo y decir tenemos derecho a esta política; por eso el contexto es importante”. “Hacia UNGASS 2016 existe una tensión entre las convenciones y los tratados de derechos humanos” y en este sentido concluyó en que “no hay discusión en la preeminencia de los acuerdos por derechos humanos”.
Respecto al plano local, expresó que “ha habido avances en la detección de precursores químicos que habilitan la producción”. Además señaló que “planteos como el de Intercambios han tenido momentos de recepción y otros de aislamiento. No siempre han encontrado receptividad y escucha. Quiero hacer un reconocimiento a esa tarea”.

La Presidenta de Intercambios Asociación Civil Graciela Touzé, señaló que “el actual enfoque de las políticas de drogas, centradas mayormente en políticas represivas, es lo que genera mayor ruptura de lazos sociales, marginalización, estigmatización y discriminación”.
Además, tomando como referencia la campaña global #supportdontpunish, expresó que “Acompañe, no castigue es también nuestro lema para que más organizaciones de la sociedad civil tengan un mayor protagonismo y una voz más reconocida por los Estados en el tablero de las políticas de drogas”; que “Acompañe, no castigue se expresa en una carta que Intercambios firmó junto a una amplia coalición de más de 100 organizaciones para que las Naciones Unidas respeten a los países que se alejan del paradigma prohibicionista”; que “Acompañe, no castigue en Argentina es reiterar el reclamo para que se despenalice la tenencia de estupefacientes y el cultivo para consumo personal”; y que “Acompañe, no castigue en Argentina es insistir por la plena implementación de la Ley Nacional de Salud Mental ycontinuar reclamando un firme compromiso con el enfoque de reducción de daños”, entre otros reclamos como la proporcionalidad de las penas en los delitos vinculados con drogas y la incorporación de una perspectiva de género.

lunes, 29 de junio de 2015

Variaciones para educar adolescentes y jóvenes - notas


Débora Kantor (2008) Variaciones para educar adolescentes y jóvenesBuenos Aires: Del estante editorial.

Disponible en:  http://issuu.com/federiconantes/docs/d__bora_kantor_-_variaciones_para_e 

CAPÍTULO 1. Rasgos de las nuevas adolescencias y juventudes
CAPÍTULO 2. Puntuaciones sobre consumos y producciones culturales de adolescentes y jóvenes 
CAPÍTULO 3. Adultos en jaque
CAPÍTULO 4. El mandato de la prevención en discusión 
CAPÍTULO 5. La participación y el respeto de los intereses: la complejidad de un enunciado 
CAPÍTULO 6. A propósito de la «otra» educación 
ANEXO: Diálogos

Extractos del texto:

(...) 

¿Cómo nos alcanza el discurso hegemónico que estigmatiza a adolescentes
y jóvenes, impregnando las miradas y sesgando el vínculo con ellos/as?,
¿qué podemos hacer para contrarrestarlo y para sostener otras apuestas?, ¿por
qué repensar la figura del adulto para persistir en educar en torno a la confianza,
la autoridad y la responsabilidad, desmarcándonos de las ilusiones
redentoras que a menudo sustentan las intervenciones?, ¿cómo convivimos,
en tanto referentes de adolescentes y jóvenes, con la multiplicidad de ofertas
identitarias que conlleva la cultura contemporánea y el mercado de consumo
cada día más potente y más eficaz?, ¿cuáles son algunos de los nuevos significados
del «tiempo libre» (y del trabajo en él) en las condiciones actuales?,
¿cómo resguardamos la calidad y el sentido de lo que ofrecemos, desafiando
segmentaciones e injusticias?

Estas y otras tantas preocupaciones reaparecen en los diferentes capítulos
del libro. Es en torno a ellas que apostamos a la búsqueda de un saber
sobre lo que hacemos, sobre las condiciones del hacer, sobre cómo pensamos
lo que hacemos, sobre aquellos con quienes trabajamos… Un saber que no
resulte clausurante para el propio trabajo y, en consecuencia, para quienes
están abocados a la tarea de crecer.

miércoles, 24 de junio de 2015

El impacto de las políticas de drogas en las mujeres




Las leyes punitivas sobre las drogas implican una pesada carga sobre las mujeres, y en consecuencia sobre los niños y niñas de quienes frecuentemente son las principales cuidadoras.

Todas las personas que usan drogas afrontan la estigmatización y discriminación, pero las mujeres son más propensas que los hombres a ser severamente denigradas, como madres "no aptas" y como personas "caídas" de la sociedad.

Este documento de Open Society Foundations aborda la dimensión de género de las políticas de drogas y las leyes, mostrando las cargas que ponen sobre mujeres y niñas las políticas mal concebidas y los servicios inadecuados. 

Narcotráfico: poderes en la sombra y su impacto oculto en la vida de las mujeres en América Latina




El Fondo de Acción Urgente de América Latina promueve desde 2013 la iniciativa colaborativa Mujeres, Resistencias y Poderes en la Sombra que implica un diseño e implementación de acciones de manera conjunta con otras activistas, organizaciones de mujeres, académicas y con aquellas que inciden en políticas públicas en México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Colombia, Ecuador y Estados Unidos.


La publicación es fruto de la suma de esfuerzos de activistas e investigadoras interesadas en visibilizar los efectos del tráfico de drogas y “poderes en la sombra” asociados a éste en la vida de las mujeres en Latinoamérica.
El objetivo de este trabajo es identificar la información existente sobre la dinámica específica en Latinoamérica y mostrar las principales dimensiones del problema con el fin de buscar caminos de incidencia en la defensa de los derechos de las mujeres.

Documento disponible en: http://issuu.com/fondodeaccionurgente-al/docs/narcotr__fico_y_poderesenlasombra

http://www.fondoaccionurgente.org.co/

Género y Drogas


Las mujeres sufren mayor vulnerabilidad por
  • Menor seguridad económica
  • Violencia de género física y sexual
  • Mayor estigmatización y discriminación
  • Menor poder de incidencia en decisiones
  • Falta de reconocimiento de derechos y necesidades
Las necesidades específicas de las mujeres que usan drogas son frecuentemente ignoradas y marginadas en las políticas, programas y servicios. 
Las mujeres son más vulnerables a los efectos negativos del prohibicionismo.
La intersección entre desigualdad de género y criminalización del uso de drogas aleja a las mujeres de los servicios sociales y de salud. 

La Red Internacional de Mujeres y Reducción de Daños (@WHRINWomen) llama a:
  • Terminar la guerra contra las drogas. Las personas que usan drogas no deben ser criminalizadas. 
  • Alternativas a la prisión. La prisión no es un remedio efectivo, tiene impactos sanitarios y sociales negativos y de larga duración. 
  • Mayor información estratégica. Se necesitan datos agregados por género acerca de cantidad de población, acceso a servicios y otra información relevante 
  • Servicios de reducción de daños sensibles al género. Confeccionados de acuerdo a las necesidades y prioridades de las mujeres, e integrados con otros servicios sociales y de salud para mujeres. 
  • Fortalecimiento de capacidades y recursos. Hacia el desarrollo y ampliación de escala de los programas y servicios de reducción de daños acordes al género. 
  • Abordaje de la violencia contra las mujeres. Fortalecimiento de los mecanismos de protección legal y social para la población actualmente criminalizada

martes, 23 de junio de 2015

Apuntes sobre la medicalización como trasfondo de la intervención social

Texto completo disponible en http://issuu.com/federiconantes/docs/medicalizaci__n_e_intervenci__n_soc/1

"Comprender a la medicalización como el trasfondo de la intervención social tal vez permita abrir nuevas posibilidades de mirada, estudio y análisis, tanto a la genealogía del pensamiento social como hacia los dispositivos de intervención."

Capítulo 1 . Enfermedad, Medicina y Temor. Los determinantes del medio y la epidemia de Peste Negra.

Capítulo 2 . Apuntes para el estudio de la genealogía de la Cuestión Social en América. Buenos Aires Siglos XVII, XVIII y XIX. Ciencia, Ilustración y Revolución

Capítulo 3 . El Trasfondo Cultural de la Intervención. Una mirada al siglo XVIII

Capítulo 4 . Ilustración y Revolución (Los inicios del Pensamiento Político Argentino, su expresión en las primeras nociones de construcción de la idea de ciudadanía) 

Capítulo 5 . Naturalismo, Realismo Literario y la explicación de los fenómenos sociales

Capítulo 6 . El Higienismo Argentino, narrativas, escritos y prescripciones 


martes, 16 de junio de 2015

Trazar caminos de encuentro

Diálogo con Paula Goltzman.

Publicado en: Débora Kantor (2008) Variaciones para educar adolescentes y jóvenes. Buenos Aires: Del estante editorial.

Disponible en: http://issuu.com/federiconantes/docs/goltzman_2008_-_trazar_caminos_de_e/1

Extractos:

"Muchas de las personas que usan drogas,
sobre todo los más jóvenes, están y pasan gran parte de su vida en lo que
podríamos denominar genéricamente la calle: las esquinas, los baldíos, los lugares
de encuentro como pubs, pooles y plazas de los barrios. Desde hace mucho
tiempo, venimos percibiendo que esos son espacios privilegiados de intervención.
Esa perspectiva confronta con los discursos y las intervenciones más
habituales. Las organizaciones comunitarias, por ejemplo, procuran generalmente
sacar a los pibes de esos contextos; la idea que prima es que hay que
correrlos de esos lugares y lograr que vayan a las instituciones para realizar
determinadas actividades. (...)

Nuestra propuesta hacia las organizaciones
con las que trabajamos no es nada original en ese sentido; hay muchísimos
antecedentes de lo que llamamos un trabajo en calle, en el sentido amplio
de calle, con todas esas posibilidades y espacios que señalé antes. En definitiva,
es eso: actuar donde los pibes se encuentran; ninguna pretensión, por
lo menos en el inicio, de que los pibes dejen sus lugares para ir a algún otro
a realizar un taller o una actividad. De lo que se trata es de establecer un diálogo, 
y podemos dialogar en esos espacios (...)

Gran parte de la vida de los pibes, sobre todo de los sectores
más pobres, pasa en esos espacios, y es ahí donde uno debe y puede poner
una palabra, buscar y construir otros sentidos para ese espacio que es la calle.
Y es allí donde se abre la posibilidad de establecer la confianza con los pibes,
vínculos con ellos que facilitan otros objetivos, porque el primer objetivo,
cuando encaramos el trabajo, es contactarnos, al comienzo no hay más que eso. (...)
después, de a poco, mucho más que eso, después viene ese plus
que se va construyendo junto con los grupos, con los pibes, con los usuarios,
con quienes estés trabajando. Pero el primer objetivo es la confianza, no hay
ninguna otra pretensión. Cuando lo que se plantea es «la reducción de daños»
como enfoque y estrategia de trabajo, los objetivos básicos, iniciales, son sumamente
cercanos, de bajo requerimiento. Posteriormente hay posibilidad de
otros objetivos. En ese bajo requerimiento, sobre todo con los pibes con los
cuales trabajamos –los más vulnerabilizados, los que viven en condiciones muy
precarias–, el objetivo básico es establecer este contacto y que los jóvenes puedan
llegar a identificar, a reconocer a ese promotor que está trabajando en la
calle como un puente para el diálogo, como alguien que trae otros elementos
simbólicos de discusión sobre el tema de drogas o sobre otros temas que preocupan
a los pibes. (...)

En los pibes habla más el mundo que en los adultos

Artículo publicado en Página 12
9 de septiembre de 2011

Por Flor Monfort
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Una experiencia de seis años en la escuela primaria 105 y la secundaria básica 39 de González Catán, Partido de La Matanza, dio como resultado el recorrido de Imágenes de lo no escolar (Paidós), de Silvia Duschatzky y Diego Sztulwark. De alguna manera, de este libro se resume una mirada diferente sobre cómo sostiene, estimula y recibe la escuela a los chicos y chicas. Duschatzky define la investigación en modo de pregunta y en relación directa con las cosas, con la práctica, que no nacen de tomar esa práctica como un objeto para manipular o entender, o adosando una serie de significaciones sociológicas sino encontrando imágenes, figuras, conceptos que a su vez hagan que algo se siga abriendo cada vez más, produciendo alguna cuña en el modo de relación con esas experiencias. En 2002, junto a Cristina Corea, Duschatzky había publicado Chicos en banda (Paidós), testimonio que marcó un punto de inflexión en su modo de investigar. Chicos en banda nació post 2001 y sintetizaba la ambivalencia de “estar en banda” como estar agrupado, estar con otros, y también el “estar en banda” en la vida, “a la buena de Dios”. La crisis institucional había instalado frases como “los pibes no son lo que eran” y una estabilidad desvencijada marcó aquel trabajo pero hoy, diez años después, el desmembramiento es algo viejo, algo de lo que ya no tiene sentido dar cuenta en la escucha hacia los chicos y chicas.

Sin embargo ustedes hablan de la destrucción de un suelo cohesivo...

–Sí, pero lo que más nos interesa mostrar no es lo que se perdió o lo que se destruyó porque de eso ya se habló. Lo que más nos interesa mostrar es todo lo que se va armando: qué es pensar los desechos, qué es crear situaciones entre quienes habitan una situación que en principio es de malestar o de desprendimiento y desconcierto. A nosotros no nos interesa más hablar de la caída de las instituciones o del desfondamiento, de eso dimos cuenta en Chicos en banda. Nos interesa hablar de cómo se piensa y se transita este suelo mostrando los interlocutores, las alianzas, mostrar lo que viene a liberar algo. Cuando todo empieza a quebrarse se puede llegar a armar otras formas de intercambio, se arma otra historia para los que habitan esa invención de otras formas de gestión de la vida social.

Jóvenes y uso de drogas. Implementación de un dispositivo de atención en el ámbito escolar

Por Jorgelina Di Iorio; Paula Goltzman; María Pía Pawlowicz; Javier Castagnola;
Damián Fernández Courel; Lila Solano, Gastón Núñez
Intercambios Asociación Civil/ Fundación Armstrong
2012

Disponible en http://issuu.com/federiconantes/docs/j__venes_y_uso_de_drogas._implement/1

Ver también http://ficherofn.blogspot.com.ar/2015/06/no-te-sientas-zarpado-promocion-de.html


Extractos:


"(... )En el caso de los jóvenes, la preocupación por el consumo de drogas es parte de la agenda pública en general, y de la de las escuelas medias en particular, siendo el enfoque preventivo el que hegemoniza dicha agenda. 

Según Touzé (2010), la formación sobre el uso problemático de drogas y su prevención responde, generalmente, a enfoques reduccionistas y monodisciplinares, que reduce el problema a los efectos producidos por el uso de drogas. Las cuestiones relativas a la atención del uso problemático y al tipo de dispositivos posibles desde el espacio escolar están menos desarrolladas. Y cuando aparecen se presentan como nuevas formas de castigo y de control social, en tanto que el uso de drogas se define como práctica social desviada (considerada como delito o enfermedad), individualizándose las dificultades humanas y minimizando su naturaleza social (Touzé, 2006).

El acercamiento en el ámbito educativo al tema drogas se caracteriza en general por traducirse en propuestas centradas en lo preventivo, donde se focaliza en los jóvenes sobre la base de definiciones del riesgo (Kantor, 2008).

Con frecuencia se escucha en el ámbito educativo que la función de la escuela debe ser estrictamente prevenir y que la atención debe ser por “fuera” de la escuela. Son típicas por ejemplo las clases donde se describen las sustancias ilegales y sus efectos químicos en el cuerpo. 

Siguiendo a Di Leo y otros (2011), las propuestas preventivas, en su mayoría, podrían responder a conceptualizaciones de los adolescentes y los jóvenes basadas en la negación de sus capacidades y en la negativización de sus prácticas (violencias, transgresiones, riesgos sociales), que configuran escenarios institucionales en los que se “obstaculizan las posibilidades de (re)construcción de lazos sociales y los trabajos de reconocimiento mutuo, fundamentales no sólo para el fortalecimiento y/o institucionalización de todo tipo de estrategias de promoción de la salud en ámbitos educativos y, en general, para la reconstrucción, fortalecimiento y relegitimación de la escuela secundaria en el contexto actual” (Di Leo y otros, 2011:7).

A esta característica de los espacios de atención, también se suman otras limitaciones propias de los modelos sustentados en la abstinencia, así como también las dificultades en la accesibilidad para los usuarios de drogas a los servicios de salud y salud mental. Frente a esto, los dispositivos de atención basados en intervenciones territoriales, y fundamentados desde el paradigma de la reducción de daños han ido ganando aceptación. En ellos se consideran las relaciones de las personas, las sustancias y los contextos de uso, adecuándose las intervenciones a las características de los usuarios y de la comunidad donde se implementan (Galante y otros, 2009). (...)


Cortes y pasajes

Por Débora Kantor (2010)
Artículo publicado en Revista La Tía nº 8, disponible en http://www.revistalatia.com.ar/archives/date/2010/08 
Desde que las ansias de gloria de un país hecho pelota se desvanecieron en un control antidoping, una expresión comunica sin equívocos la clausura sin retorno de la ilusión: “me (le, nos) cortaron las piernas”.
Increíblemente, años más tarde de aquella desazón, adolescentes y jóvenes de los márgenes, que cotidianamente renuevan como pueden sus ilusiones magulladas o capean la clausura del futuro a fuerza de doping sin control, adoptaron una muletilla (sic) de origen insondable: “corte”. Mientras sus congéneres de otros sectores sociales persisten en el uso del “tipo” y el “o sea”, mientras en otros ámbitos, a otras edades, se abusa del “digo” y el “a ver”… ellos dicen “corte”.
“Los deportes, los talleres, corte, todo eso nos gusta. A veces se arma bardo, corte que nos agarramos entre algunos, las pibas protestan, corte nos quieren echar, pero después está todo bien. A mi lo que más me gusta es el cine, corte, mirar pelis o filmar también… Corte el año pasado hicimos una buenísima”.
“Yo vengo acá, corte, y estoy bien, pero después cuando vuelvo por la calle me quiero morir, corte que no me da ganas de nada. En mi casa todos me bardean, me pegan, corte me hacen lavar los platos de todos mismo si no yo no comí. Corte así, todo el tiempo…”.

lunes, 15 de junio de 2015

Spinelli - Participación en Carta Abierta (2010)

Dr. Hugo Spinelli
Agradezco mucho la invitación de Carta Abierta.

Hablar de todos estos puntos en quince minutos es un desafío, pero voy a tratar de plantear algunas cuestiones. El diagnóstico de la situación de la salud de las personas y del sistema no es muy estimulante. Viejos y nuevos problemas epidemiológicos y organizacionales afectan al sistema y a la población.

Por ello, me permitiría empezar diciendo que si hay algún depresivo grave entre los presentes, sería recomendable que se retire de la sala. ¿Por qué? Porque el diagnóstico epidemiológico del país dista mucho de lo que se esperaría en resultados al analizar el gasto en salud que tiene el país -casi el equivalente al 10% de su Producto Bruto Interno-. Ese gasto se acompaña de indicadores que dan vergüenza, si los comparamos con la dimensión de gasto y con el conocimiento acumulado técnico de las disciplinas o el conocimiento más generalizado del campo socio-sanitario. Que en el año 2010, en Salta, existan, de base endémica, entre 100 y 200 casos anuales de leishmaniasis, o que la tuberculosis sigue estando presente en el país en todos lados, y que los médicos que están en centros de salud la señalen como problema cotidiano, son claros ejemplos de lo que estamos señalando. Como también lo es que en las provincias de la Patagonia siga el tema de la hidatidosis como problema de salud pública. Menciono las anteriores, por sólo nombrar algunas de las viejas enfermedades que serían de muy fácil erradicación, si hubiera decisión política de las autoridades de salud. Pero no solo estos temas no están en la agenda, sino que la agenda la ocupan la gripe A y el negocio de la vacunas.

Uso de drogas: prácticas profesionales cuestionadas



Revista Margen nº 10, 1997

En este trabajo, nos proponemos revisar la influencia en las prácticas profesionales de la asociación del uso de drogas ilegales con enfermedad, a fin de favorecer un análisis crítico de nuestras intervenciones. Asimismo, presentamos el resultado de algunas investigaciones referidas a las prácticas de los usuarios de drogas -particularmente de cocaína- a modo de contribución a su desmitificación.La construcción del uso de drogas como problema social encuentra fundamento en diversos procesos económicos, políticos y culturales. Muchos análisis sobre el uso de drogas han eliminado su complejidad para reducirla, naturalizarla y circunscribirla a la interpretación jurídico-penal o psiquiátrica. Las prácticas profesionales de diferentes disciplinas reproducen esos saberes lo que se expresa en estereotipos que contribuyen al desarrollo de procesos de estigmatización social de individuos y conjuntos sociales.
Resulta pertinente emplear el concepto de construcción social en los procesos de salud-enfermedad-atención, definido como "el proceso de condicionamiento recíproco entre las representaciones y las prácticas, desarrolladas tanto por los `especialistas del campo' (curadores) -incluidos los distintos niveles de organización institucional- y los diversos conjuntos sociales. A su vez, por representación social entendemos la articulación entre los modos de percibir, categorizar y significar (dar sentido)" (Grinberg et al., 1993).
Diversas investigaciones han mostrado que la representación social de la enfermedad se describe como un estado que aparece bruscamente y que ha sido producido por una causa externa, que en general es de carácter social aún para la enfermedad mental. Se asocia también a la inactividad. Esta concebido como un fenómeno destructivo. Está relacionada con lapérdida del rol social, con la dependencia de otro y con la angustia (Páez et al., 1991). Para algunas personas la misma enfermedad es una manera de actividad. Este último aspecto puede relacionarse con los procesos de estigmatización social y resulta bastante claro cuando analizamos muchas de las historias de quienes se definen como "ex adictos".

viernes, 12 de junio de 2015

Consumo de drogas: Qué hacer desde la escuela. (reseña)



Consumo de drogas: ¿Qué hacer desde la escuela?
Saccone y Ryan, Ministerio de Educación de la Nación 2011.

Documento disponible en: http://issuu.com/federiconantes


En el cuadernillo se enfoca el quehacer escolar frente a la posible detección de consumo problemático de drogas. Para garantizar ese enfoque se propone la realización de algunas preguntas, que después llama “seis interrogantes básicos”:

Las preguntas que deberían formularse para encarar correctamente cada caso son:
1.       ¿Por qué en la escuela nos preocupa este consumo? 
2.       ¿Cómo se supo o conoció la situación problemática?
3.       ¿Cómo es el desempeño escolar de ese alumno?
4.       ¿Con qué regularidad concurre a la escuela? ¿Llega tarde? ¿Tiene inasistencias?
5.       ¿Cómo se relaciona con sus compañeros? ¿Y con los docentes? 
6.       ¿Se observaron conductas en la escuela –clases, recreos, paseos, etc– que evidencien este consumo?

Teniendo en cuenta que el lugar de adulto de los docentes en la institución está 
dado fundamentalmente por su rol educativo, conviene siempre tener presentes
estos seis interrogantes básicos en toda situación vinculada al consumo de sustan-
cias psicotrópicas.

Dice, más adelante, a propósito de no estigmatizar ni “diagnosticar” a los alumnos, que “Lo realmente importante es comprender lo que está sucediendo en el proceso escolar del alumno y para esto los adultos de la escuela sí tienen conocimiento y experiencia suficiente. Es desde allí desde donde, como docente, se debe intervenir. Se busca restringir lo más posible la mirada al aspecto escolar.


Intervención en el ámbito escolar

Plantea que se da desde “el lugar que le compete a la escuela: el formativo”.

Y detalla tres áreas sobre las cuales intervenir o apuntalar, que es donde se presentan dificultades, y donde es necesario intervenir tempranamente:
·         Desempeño académico
·         Convivencia escolar
·         Regularidad de la cursada


En función de estas áreas plantea que se puede evaluar desde una institución educativa la “problematicidad” del consumo de sustancias [será “problemático”, cuando afecte el rendimiento, la convivencia, o la regularidad]. Así vuelve a remitir a las preguntas que se planteaban más arriba:

¿Por qué en la escuela nos preocupa este consumo? Insistiendo en los “motivos educativos” que nos preocupan, en vistas a dejar de lado posturas moralistas.

¿Cómo se supo o conoció la situación problemática? Planteando la importancia de no intervenir si no hay un verdadero problema, y no actuar por trascendidos.

¿Cómo es el desempeño académico escolar?  En este punto se verifica muy concretamente el enfoque puesto en lo formativo desde la escuela, al afirmar que
“Si el alumno presenta un desempeño adecuado, si no se observan alteraciones,
si tiene un rendimiento académico apropiado, debemos reconocer que
desde el punto de vista del aprendizaje, de existir consumo de drogas, este
no se muestra como problemático.”

¿Con qué regularidad asiste a la escuela? Evaluando las causas de las inasistencias, informando sin demora al adulto responsable de inasistencias o llegadas tarde, entendiendo que la intervención temprana es preventiva.

-  ¿Cómo se relaciona con los compañeros y docentes? Aspecto en el que hay que intervenir únicamente si se observa problematicidad, (incumplimiento de normas, peleas, etc). La intervención tiene que darse desde el reglamento de convivencia y las sanciones que contempla, y profundizar el análisis e intervención si el problema persiste.

¿Se observaron conductas que evidencien el consumo (en la escuela, clases, paseos, recreos, etc)? Con el cuidado de no presuponer ni “diagnosticar”. Y en comunicación con los adultos responsables. Sobre este punto, es interesante la insistencia en la presencia del alumno, como sujeto de derechos y apuntando a su responsabilidad:
Cada vez que se reúnan los adultos, docentes y directivos con los padres y familiares,
es necesario que el alumno esté informado de las reuniones y que se le dé
siempre la posibilidad de participar. Como sujeto de derecho, el joven tiene derecho
a conocer lo que se dice o se piensa de él y a expresar su propia visión de los hechos.
Eso colabora, además, para que vaya construyendo su propia responsabilidad

-  ¿Qué puede hacer la escuela ante los consumos?
Resumo:
-  Hablarlo, cuando existe un claro consumo de drogas.
-  Ofrecer ayudas especiales en caso que se presenten conflictos en las áreas mencionadas de rendimiento, convivencia, regularidad
-  Llamar a servicio médico e informar a padres ante aparentes estados de intoxicación (la escuela no cuenta con herramientas para evaluarlos)
-  Siempre seguir trabajando en el vínculo con el alumno, y
• reforzar la idea de que es muy positivo que haga una consulta de evaluación,
• promover y destacar la importancia de la continuidad de la escolaridad,
• dejar en claro que la sugerencia de un tratamiento es una ayuda, y no tiene
la intención de expulsarlo del ámbito escolar sino, por el contrario, de intentar
sostenerlo lo mejor posible,
• manifestar siempre que a los docentes y a la escuela les importa su situación
y que desean que pueda seguir concurriendo,
• facilitar la concurrencia al tratamiento, flexibilizando horarios de ser necesario,
si no se han podido coordinar turnos extra clases,
• efectuar un seguimiento del caso mostrando interés por la salud del joven,
• estar atentos a las posibles indicaciones de los profesionales tratantes.
-  Vuelve a insistir en la aplicación de sanciones de acuerdo a los acuerdos de convivencia, en el caso que fuera necesario, como una forma de poner límites educativos. Particularmente si lo que se da dentro de la escuela es consumo (además de lo mencionado más arriba respecto a los inconvenientes de convivencia):
Si de lo que se trata es de consumo de sustancias en el ámbito de
la escuela, el caso debe ser considerado una falta y sancionado de
acuerdo al reglamento de convivencia escolar vigente. No importa
que sea tabaco, paco o marihuana: es una transgresión en todos los
casos. Sancionar es una vía paralela a la de ayudar. Muchas veces
la sanción, que requiere ser implementada siempre como un límite
educativo, es la mejor de las ayudas.
-  Ir construyendo una guía de recursos locales, tanto de salud como de desarrollo social


Después aborda posibles situaciones fuera de la escuela, de venta de drogas (también adentro), ante los cuales siempre se debe hacer denuncias ante el Ministerio Público Fiscal (y ante organismos de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, en caso que la venta la hagan jóvenes menores de 18 años de edad).


“Ante todo los derechos”

En este apartado vuelve a ampliarse la mirada, más allá de la esfera de lo pedagógico, para mirar a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, desde un enfoque de protección integral de la cual todos somos responsables.

Señala la importancia de que la escuela identifique a las instituciones jurisdiccionales de protección integral de derechos, así como a los efectores más cercanos de protección integral para articular acciones.

Señala también que para las escuelas existe la obligación de informar cuando existe vulneración de derechos (artículo 30 de la Ley 26.061). Y en ese sentido advierte que
Cabe aclarar que el trabajo con los equipos de los organismos de
protección no implica necesariamente la intervención del sistema
judicial.